03/Enero/2013

Según un estudio dirigido por Sarah Erp, de la Universidad de Emory, publicado en Frontiers of Evolutionary Neurosciencie, algunos pájaros, al escuchar el canto de sus semejantes, experimentarían el mismo tipo de emociones que operan en los humanos amantes de la música. 

Y si decimos “algunos” es porque, en base a los resultados de la investigación, que tomó como unidad de análisis a los gorriones de garganta blanca, cabe hacer una disquisición, ya que las más propensas a vivir esta sensación son las hembras en estado de reproducción al oír el trino de los machos. “Encontramos que el mismo sistema neuronal de recompensa se activa en las hembras en estado de reproducción que están escuchando a los pájaros macho, y en las personas que escuchan la música que les gusta”, destacó la investigadora.

En tanto, nada de esto ocurre con los propios machos, que, cuando escuchan el canto de otros varones tienen, en palabras de Erp, una experiencia “similar a la de las personas cuando escuchan música discordante y desagradable”.