16/Julio/2013

La obra “Ni sumisa ni mandona”, una producción de Cuauhtémoc Gaona Sitt, se presentó en la clausura de la Muestra Estatal de Teatro 2013. Los actores integrantes de la compañía La Cofradía del Arte mostraron su trabajo escénico en el Foro La Bodega, bajo la dirección de Adriana Argüelles, quien también encarna a una de las protagonistas junto a Laila Saab.

Las dos mujeres que se muestran empoderadas y quieren salir adelante en la vida sin ser vulneradas por su condición de género, simbolizan personajes fuertes, valientes y representan espejos para muchas mujeres contemporáneas que se ven reflejadas en sus arquetipos: una prefiere el dinamismo imparable de la modernidad y la otra opta por permanecer tranquila en su casa atendiendo a su familia. 

El libreto de Santiago Serrano tiene como hilo conductor un diálogo entre Laura y Leonor, dos amigas que pretenden encontrar el punto medio para llegar a ser “ni sumisa ni mandona”. Cuando éstas se encuentran de manera casual en una banca del parque, reconocen ese momento como idóneo para sacar todas sus frustraciones y preocupaciones. 

De forma divertida, con carcajadas y lágrimas que las actrices hacen brotar de la audiencia, la obra se desarrolla con argumentos simples que permiten reflexionar sobre el rol que la mujer de hoy debe asumir para enfrentar los nuevos retos exigidos por la sociedad. A lo largo de una hora,  las protagonistas comparten pormenores sobre roles sociales que viven diariamente, sus quehaceres cotidianos y sus aspiraciones para crecer como seres humanos.

A pesar de que sus condiciones de vida son totalmente opuestas y asumen ser felices desde su más profunda  experiencia existencial, las mujeres coinciden en la necesidad de voltear hacia sí mismas como punto de partida para desarrollarse. Sin prejuicios y con ganas de recibir el apoyo moral de quienes las rodean en sus encomiendas por conservar su felicidad, están decididas a continuar luchando por el equilibrio emocional que añoran.

La empatía lograda con los espectadores se mantiene durante la función donde el ama de casa aporta consejos inimaginables a la otra mujer quien desconoce la vida familiar y se encuentra absorta en un mundo laboral sin horario ni final. Ésta a su vez también deja al descubierto rasgos de su forma de vida, donde sobrevive en un estado de libertad pero con grados de estrés al límite.

El mensaje de la obra “Ni sumisa ni mandona” es una invitación al replanteamiento de los roles sociales contemporáneos desde la perspectiva de género; a través del humor y las actuaciones agradables de los personajes, el público es trastocado para hacer suya la conversación íntima en la que puede identificarse con ambos personajes, no obstante su condición sea de un varón.