La obra se compone de un sólo acto, y es la historia tan conocida de la mujer que se deja pisotear con tal de no quedarse sola y pensar que tiene a su lado alguien que le da un poquito de amor. Las situaciones de humor, que estoy segura a más de una les prendiera el foco rojo de alarma de tener varias cosas en común con el personaje Dulce, interpretado por Roxana Castellanos, quien tras los consejos de una amiga de toda la vida, comienza la transformación de mujer tapete, a mujer cabrona, y de esta forma su hombre la comienza a valorar, pero claro; sin que esto signifique someterse a sus vanalidades, más bien que valore a su pareja y la trate con respeto y consideración, con algunos consejos al final dirigidos totalmente al público en dónde se explica la forma ideal de mantener a los hombres contentos y al mismo tiempo darse su lugar como parte de mantener unida a la pareja, sin tener que someterse a los caprichos y malos tratos, haciendo que la mujer sienta que es exactamente capaz de vivir feliz con ella misma y que no necesita a su lado a un hombre y menos si éste la trata mal.
Una obra ligera, divertida y a la vez con un gran mensaje, en este mundo todavía muy dominado por el machismo, pero que con este tipo de obras que te divierten y a la vez te dejan pensando, se hace una labor de concientizar a los dos géneros.