28/Febrero/2013

Desde la conformación de las civilizaciones más antiguas se ha hecho una diferenciación latente entre hombres y mujeres, que se  ve reflejada principalmente en los roles y mandatos que se le atribuyen a cada uno dentro de la sociedad, a la mujer se le condenó a la invisibilidad de las labores domésticas, a ser la abastecedora obligada de servicios indispensables sin olvidar algo primordial: que debe ser madre.

En contraparte el arquetipo viril presenta a un hombre proveedor de bienes materiales y de la sexualidad, aquel que ejerce el poder de la dominación sobre los otros y principalmente quien no debe demostrar sus emociones porque de hacerlo dejaría de ser un “hombre”.

Rafael Durán un joven de 25 años mencionó “La masculinidad es lo que te hace ser hombre, el carácter, ser protector, cuidar, defender. Lo que a mí me hace masculino es mi barba, mi forma de vestir de camisa, jeans y botas, coquetear, ser cariñoso proteger a las mujeres que quiero, la banda y ser sensual y sexual”.

Cabe destacar que biológicamente lo masculino se define como aquello que produce espermatozoides gracias al tipo de órganos que posee, por lo que se puede rescatar que la noción viril del varón está estrechamente ligada con dicho esclarecimiento.

Por otra parte la antropología tiene una gran variedad de conceptos de masculinidad, uno primero sostiene que la masculinidad es cualquier cosa que los hombres piensen y hagan, otro similar indica que es todo lo que los hombres hagan y piensen por ser hombres, mientras que uno tercero afirma que la importancia central está en las relaciones masculino-femenino, de tal forma que la masculinidad es cualquier cosa que no sean mujeres.

“Requisitos para ser masculino”

Las construcciones de la masculinidad son variadas, sin embargo el sociólogo estadounidense Michael Kimmer propone una especie de modelo predominante en donde plantea cuatro reglas de oro de la masculinidad:

1-No seas maricón: no se es hombre si se adoptan actitudes que pudieran sugerir algo de feminidad.

2-Sé importante: el tamaño de la hombría es proporcional al de la posición económica, política o social.

3-Sé fuerte como roble: hay que resistir los embates de la vida sin quejarse y enfrentarse a los problemas sin mostrar debilidad.

4-Aplástalos: sé audaz y violento, ya que éstos son rasgos de valentía y decisión.

Con respecto a lo anterior Rafael explicó “la actitud que tiene el hombre diferente a la mujer es lo masculino, sobre todo la diferencia física, es como todo el ser del hombre implicando carácter y físico”.

En conclusión se debe mencionar que poca gente conoce sobre el verdadero significado de la masculinidad debido a que aún existe más reproducción de una cultura machista sin darse cuenta que  la esencia de la verdadera masculinidad radica en la búsqueda de igualdad y equidad.