07/Mayo/2013

Sí de historia, cultura y tradición se trata,  Morelia tiene mucho que contar, basta con recorrer sus calles para darse cuenta de toda la información que posee y que seguramente quieres saber.

Una de las construcciones más visitadas dentro de la capital del estado es la “La Calzada Fray Antonio de San Miguel” que  fue construida en el año 1732 a expensas del obispo don Juan José Escalona con el objetivo de facilitar el recorrido de los fieles hacia el Santuario de Guadalupe; por ello en un principio de le dio el nombre de “Calzada de Guadalupe”.

A pesar de que en esos años el Santuario de Guadalupe estaba alejado de la ciudad el obispo San Miguel consideró realizar una remodelación, y corrio con los gastos; debido al gran número de visitantes y la distancia que recorrian, hizo colocar 12 bancas largas y algunos  pasamanos. 

Con la nueva remodelación y debido a que los fieles estaban agradecidos por la mejora de la calzada hicieron el cambio de nombre a “La Calzada Fray Antonio de San Miguel” en su honor.

A finales del siglo XVIII se realizó la última remodelación importante ya que se complementaron las bancas y se colocaron losas de cantera, y quedo como actualmente conocemos la calzada. 

En los últimos años se han realizado algunas remodelaciones las cuales no ha alterado la idea original de la calzada. Se siguen conservando los Laureles de la India, Campanillas, camelinas y fresnos que cobijan esta construcción. 

Por la belleza y ubicación este recinto ha sido escenario diversas actividades culturales y religiosas, como en la representación del Viacrucis de Semana Santa, la procesión del 12 de diciembre, exposiciones de tapetes florales, obras teatrales, pasarelas, y exposiciones artísticas, entre otros.

Algo que no se puede dejar de mencionar, es que la calzada lleva consigo diversas leyendas, una de las más importantes y más conocidas en “la mano en la reja”.

Este peculiar monumento arquitectónico e histórico sin duda no puedes dejar de visitar, y si ya lo conocer puedes confirmar que al pasar por el se transmite una tranquilidad a demás del paseo por la historia de la ciudad.