07/Marzo/2013

En el marco del día internacional de la mujer, mientras unas felicitan a otras por su sexo, hay una problemática social que se antepone a la equidad de género por la que mujeres emblemáticas a lo largo de la historia han luchado incluso hasta perder sus propias vidas, se trata del machismo.

El machismo es una problemática que afecta a las sociedades a nivel mundial, lo cuál ha generado también la violencia sexista, pues según un informe de la Organización mundial de la Salud, la violencia de género es la primera causa de muerte entre las mujeres de 15 a 44 años por encima de guerras, accidentes de tráfico  o el cáncer a nivel mundial. Así mismo la Organización de las Naciones Unidas  señala que al menos una de cada tres mujeres y niñas ha sido agredida física o sexualmente una vez en su vida.

Sin embargo, no se trata de el machismo sea o no una problemática sino de que es un mal que sigue reproduciéndose de generación en generación al interior del núcleo familiar. 

¿Cómo se da la reproducción de este fenómeno social?, tal como se mencionaba en el párrafo anterior la institución familiar es el pilar fundamental en la educación de cada uno de sus miembros, por lo que si se educa a los hijos bajo parámetros en los que la mujer siempre debe ser sumisa y abnegada, y el hombre por serlo debe ser tratado como un “dios”, evidentemente serán roles que adoptarán a lo largo de su vida en todas sus relaciones.

Tal como lo menciona Roberto Navarro Arias en su texto Mujeres Mexicanas que aman y sufren demasiado, los hombres machistas tratan a su pareja de la misma forma en que su padre trataba a su madre cuando ellos eran niños, y así lo harán sus hijos con sus hijos sucesivamente. 

“Mujer sufrida”

En una familia convencional mexicana es la mujer el principal sostén moral, sin embargo su comportamiento al interior del hogar se traduce literalmente al de una “mujer sufrida”. 

Ésta, es aquella que se encarga de atender las demandas sexuales de su pareja, de que su marido coma bien e incluso aquella que es capaz de aceptar una infidelidad por parte de éste, ya que por el hecho de ser varón “tiene derecho” a tener varias parejas, indica Navarro Arias. 

Igualmente hace uso de conductas pasivas y abnegadas por miedo a ser abandonada por una pareja, teniendo como meta principal atrapar a un hombre que pueda fungir como sostén económico al iniciar una familia con él, pues según el machismo el valor de una mujer no está dentro de ella sino de la crítica social. 

No obstante hoy en día las cosas han ido cambiando poco a poco, pues cada vez son más las mujeres que se preparan profesionalmente para salir adelante por su propia cuenta, aunque aquellas que buscan una pareja les resulta complicado encontrar alguien que las apoye y las ayude a superarse.