Eli Solís

Por Saraí Rangel

Eli SolísIncursiona en el mundo de las artes escénicas cuando en Morelia no existía una cultura de la danza contemporánea o el Jazz, los espacios eran limitados y no se contaba con una carrera como tal. Bailarín, coreógrafo y profesor, con una larga carrera en la escena dancística en nuestra ciudad, es actualmente Jefe del Departamento de Danza de la Secretaría de Cultura en Michoacán, Director del Centro de Formación Dancística JAZZ UP STUDIO, Director de “ES” Danza Jazz Compañía y Coordinador del Congreso Nacional de Danza. Eli Solís en esta ocasión comparte con Morelia Invita parte de su carrera artística y su visión de esta disciplina.

Primero que nada me gustaría que nos comentaras ¿Cómo es que te inicias en la danza?
Antes en la ciudad de Morelia, no había como mucho movimiento en el campo de la Danza, te estoy hablando de 25 años, era como una provincia grande que empezaba a crecer en todos los sentidos, yo tenía una sensación que no sabía que era, ahora sé que son las artes escénicas; entonces hubo la oportunidad de participar en una obra experimental de una persona que venía de México, que se iba y regresaba cada semana para montar un musical, “Jesucristo Super Estrella” y estaban buscando gente para que se incorporara, casualmente yo estaba de vacaciones; vi que era gente con inquietudes, más no aptitudes artísticas, entonces me quede en el cuerpo de baile. Cuando se termino el proyecto, a un grupo de gente que nos gustó y propusimos al coreógrafo que continuará enseñándonos; entusiasmado, nos llevó a su casa, en la sala movía los muebles y ensayábamos, en ese entonces estaba lo que era “El Barón”, “El Molino Rojo”, que eran las primeras discos que existieron en Morelia y ahí hacíamos nuestras presentaciones. Así nació, después nos dimos cuenta que necesitábamos más formación, que necesitábamos hacer algo para que esto se desarrollará de una mejor manera.

Empezamos a tomar cursos aquí y allá porque no había una carrera o alguna escuela de formación, bailando por la libre aquí, en la ciudad de México y posterior mente en Estados Unidos.

¿Entonces todo fue de forma amateur?
Empezó amateur, yo estaba en la preparatoria, después empezó a ganar más fuerza la carrera de danza y aunque concluí mi carrera de licenciatura en Contabilidad me dedique a la Danza. Estuve en talleres en el IMSS, en la Casa de la Cultura, en Bellas Artes, andaba en todos lados.

¿Quiénes fueron tus maestros en ese entonces?
En el Seguro Social, la maestra Rosalba Meric, en Bellas Artes la maestra Lilia Próspero y en la Casa de la Cultura fueron pocos meses pero estuve con la maestra María Tonantzín, después venía gente del CONACULTA cada año, en el 87 más o menos hubo un programa de educación continua donde cada verano venían por un mes un grupo de maestros a dar clases entonces ahí conocí mucha gente de México.

De tus compañeros ¿Quiénes continúan en la danza?
Antonieta Espinoza, Felipa Serrano, Adrián García, Gabriel Amezcua, Jorge Cerecero y Genoveva Hernández que inició un poquito después, ella ya se fue a Estados Unidos igual que Esteban Araujo.

¿Cuándo inicia tu trabajo profesional?
Lo empecé a llamar profesional, creo que cuando empecé a ganar, aunque éramos malos bailando, me acuerdo y veo fotos, pero creo que fue parte de estar ahora donde estamos. No te podría decir exactamente “de aquí para acá, fue profesional” en realidad todo se fue dando. Se dice que cuando ya ganas en tu trabajo empiezas a contar tu vida profesional, pero realmente todavía nos faltaba muchísimo estudiar y trabajar; yo ya tenía un año tomando clase cuando fui a pedir trabajo a un gimnasio que se llama “Clase” en el Boulevard García de León y me preguntaron qué era lo que yo iba a dar y yo dije que era Jazz, no sabían lo que era Jazz, entonces pedí oportunidad de dar clase, y empecé ahí ganando siete pesos la clase. Después vimos que queríamos hacer algo más allá del nivel en el que se encontraba el profesionalismo aquí en la ciudad.
Muchos compañeros se iban a México, querían estar en otros grupos, tomar clases con otros compañeros; Jorge Cerecero y yo optamos por quedarnos aquí, pensando que si nos quedábamos era para hacer algo; fue cuando nació la idea de abrir una escuela y después de ahí amarramos un grupo para empezar a bailar y empezar a traer maestros y a hacer todo un movimiento y así abrimos Jazz Up Studio con Jorge Cerecero, Esteban Arana y un servidor.

¿En qué año?
En 1990, para entonces ya llevaba yo siete años con el ballet que se llamaba Jazz Up y fue como le pusimos a la escuela, además nace la compañía Andanza que es de Danza Contemporánea, también en el 90, en Febrero la escuela y en Agosto la compañía. A partir de ahí empezamos a trabajar un año para llevar nuestro producto al Festival Internacional de Danza en San Luis Potosí, fuimos a pedir una oportunidad de presentar nuestro trabajo y después que nos presentamos estuvimos consecutivamente diez años participando y a partir de ahí se ramificó con presentación al interior del estado y fuera de él.

¿Por qué Morelia?
Nosotros sabíamos que tenía que pasar algo aquí, habían pasado cuatro, cinco años con lo mismo, en Septiembre empezaba la gente a inscribirse a los talleres, pasaba poco tiempo y nos quedábamos al final los mismos y así cada ciclo era lo mismo, compañeros se iban y nosotros nos vimos en la misma situación de “nos vamos o nos quedamos, pero si nos quedamos es para hacer algo”; así que optamos por quedarnos.

¿Cómo se conjuga el quehacer de un bailarín con el de creación, sobre todo en relación con otros coreógrafos?
Cuando tu estas dentro del gremio, y me imagino que se da en todas las profesiones, tú puedes aportas y seguir aprendiendo; cuando estas con colegas y discutes en relación a lo que está pasando. Por ejemplo, en la danza contemporánea hay muchas visiones y cabe todo, entonces hay gente a la que le gusta moverse, otras sólo expresar, proponer cosas nuevas, arriesgarse, son muchas cosas, para poder entenderlos te tienes que meter en ello y de repente te tienes que llenar de lodo para saber que se siente, si no te gusta te lavas y si te gusta sigues manchándote, entonces siempre es estar compartiendo y recibiendo lo que te nutre y te ayuda a crecer.

A lo largo de 18 años de vida de Jazz Up ¿Cuáles han sido los mayores logros?
Bueno la escuela ha ido creciendo, empezamos en un espacio de tres por siete, ahora nuestras instalaciones son arriba de 120 metros cuadrados de un salón; hemos contribuido al desarrollo de la Danza en varios sentidos, por ejemplo ,hemos hecho programas de talleres donde vienen maestros, hemos consolidado ya dos compañías que son “Andanza” y “Es Danza Jazz Compañía”; varios de nuestros alumnos están bailando ya en compañías nacionales mundialmente reconocidas, gente en la ciudad de México, gente que se va a trabajar en el show business, que también ya están trabajando con los artistas, entonces esos son como logros de la escuela; cuando vienen se integran al equipo de los nuevos alumnos y se hacen intercambios.

¿Qué hay de los reconocimientos?
Nunca he trabajado por un premio o un reconocimiento, siempre se ha dado porque me gusta y porque lo quiero hacer; cuando yo empecé a hacer danza bueno me di cuenta que es necesario comprar vestuario y que no siempre la gente que se dedica a eso puede confeccionar lo que tú tienes en mente porque siguen un patrón normal o no saben lo que un vestuario es. Entonces tienes que meterte a un tallercito de cómo cortar, o a un curso de iluminación, de escenografía de producción, tienes que capacitarte en todas esas áreas; porque también te encuentras con profesionales en esas áreas que cuando tú no puedes tu llevarlo a cabo y pides apoyos tienes que tener el lenguaje para poder comunicarte con ellos, es una capacitación que nunca termina, y eso te va dando conocimiento; así también te van llegando las invitaciones a un concurso y de repente ya tienes el premio o el reconocimiento, pero sin buscarlo todo se ha venido dando.

Ahorita por ejemplo, con la compañía “Es Danza Jazz”, se organizó el primer Concurso Nacional de Danza Jazz donde hubo eliminatorias en cada estado de la República y la gran final fue en el Congreso Nacional Danza Jazz y se tuvo la fortuna de que la compañía a un año de haberse formado obtiene el primer lugar, entonces esos son logros no tanto por el primer lugar, sino porque el trabajo que se está haciendo tiene calidad.

¿Cuáles han sido los mayores retos a vencer?
A lo mejor el gremio mismo, porque siento que en varias profesiones somos como extraños que en lugar apoyarnos o darnos la mano para subir, nos ponemos zancadillas; de repente das la vuelta y no miras a tu gremio te dedicas porque te debes a tu público y es a quien quieres llegar, pero a veces no puedes sentirte apoyado por la gente que está en lo mismo que tu.